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Entrevistando a… Saleta Suárez – CSM ‘Rafael Orozco’ de Córdoba

Se acercan las pruebas de acceso a los Centros de Enseñanza Superior de Música y algunos de los aspirantes quieren conocer a sus futuros profes. Con la idea de acercar un poco la visión musical de cada un@, la manera de trabajar de los distintos centros y algún que otro detalle que permita perfilar más a la persona detrás de la flauta, nace esta breve serie de entrevistas.
Aquí llega la quinta, y es el momento de conocer a la Catedrática de Flauta Travesera del Conservatorio Superior de Música «Rafael Orozco» de Córdoba, Saleta Suárez Ogando.

¿Cómo es tu día perfecto de estudio? [Un día con tiempo, ganas, mucho material a tu disposición, etc]

Un día perfecto de estudio para mí consta de cuatro horas. De ellas, las dos primeras serían de técnica del instrumento y las dividiríamos en tres bloques:

Sonido. Donde trabajaríamos armónicos, dinámicas, vibrato, afinación, flexibilidad e incluso ejercicios de respiración, todo ello en aproximadamente tres cuartos de hora.

Articulación. Donde durante una media hora trabajaríamos la precisión de los ataques, ejercicios de picado simple, picado doble y triple picado.

Digitación. A ello dedicaríamos los últimos tres cuartos de hora trabajando en todos los registros con ejercicios de escalas cromáticas, trinos, terceras, ejercicios de velocidad y ejercicios de distintos patrones cada día, utilizando por ejemplo el libro de Marcel Moyse Gammes et Arpèges. 480 Exercices pour Flûte.

La tercera hora se dedicaría a estudios y algo de repertorio orquestal. Y finalmente la cuarta hora se destinaría al repertorio propuesto en cada curso.

Cuando no dispones de ese tiempo ¿cómo planteas un “estudio exprés”? ¿Qué ejercicios o textos te resultan imprescindibles?

Cuando no disponemos de esas cuatro horas, una premisa que suelo mantener es que tengamos el tiempo que tengamos, la mitad del estudio se lo dediquemos a la técnica, siempre. Y esa mitad es importante dividirla en tres partes, de manera que escojamos ejercicios de cada uno de los bloques que mencioné antes. Es decir, que si tenemos solo una hora para estudiar la técnica no hagamos solo sonido, sino que hagamos veinte minutitos de sonido, veinte de articulación y otros veinte de digitación o dedos, para así no dejar ningún apartado sin trabajar, aunque el tiempo que tengamos sea menor y el estudio tenga que ser un estudio exprés.

Los textos que para mí son imprescindibles son el método de Taffanel y Gaubert (17 Grands Exercices Journaliers de Mécanisme) y los libros De la Sonorité Gammes et Arpèges de Marcel Moyse. Los 7 ejercicios diarios de Reichert también es otro método que utilizo mucho.

¿Qué materiales te equilibran mentalmente o te ayudan a enfocarte técnicamente?

Los tres o cuatro libros que acabo de mencionar son para mí los pilares básicos del estudio diario junto con ejercicios de armónicos. Si algún día solo tengo media hora para estudiar la técnica, un ejercicio de armónicos de diez minutos es con lo que empiezo siempre, absolutamente todos los días, ya que creo que ayudan a enfocar muchísimo el sonido.

Un día en el que estás más dispersa o inapetente ¿qué te revitaliza?

Lo que a mí me ayuda muchísimo es pensar en el resultado que quiero obtener finalmente. Es decir, pienso en que la constancia es lo que me llevará a conseguir el éxito. Si un día no tengo muchas ganas de estudiar, aun así me pongo porque sé que sin constancia no se consigue nada. Y como la recompensa sé que es muy grande (el resultado final, el poder tocar un concierto, el amor por la música), para eso son necesarias la constancia y la disciplina.

¿Tienes alguna obra que hace que te emociones especialmente? ¿Y alguna que te incomode más abordar?

El repertorio que más me incomoda abordar, no por nada en especial sino porque no lo veo tan interesante, son las fantasías de salón. Pero creo que son un pilar importante dentro del repertorio flautístico y por eso las trabajamos igualmente con el alumnado del superior, aunque no sean mis preferidas.

Lo que más me gusta trabajar con diferencia son los conciertos de Mozart, ya que considero que son las obras más importantes dentro del repertorio. Las piden para todas las orquestas jóvenes y si un alumno sabe tocar bien Mozart tiene mucho ganado.

¿Has podido trabajar directamente con algún compositor/a? (¿Qué recomendarías de esa experiencia?) ¿En vuestro centro existe la posibilidad de que los propios alumnos puedan estrenar obras?

Sí, cuando estudiaba en la Royal Academy of Music había una plataforma donde te podías apuntar y los compositores utilizaban esas agrupaciones para estrenar sus obras. Así mismo trabajé con el compositor Ian Clark, que ahora está muy de moda porque tiene muchísimo repertorio para flauta. Con él trabajé The Great Train Race, una obra que cuando la trabajé con él no era tan conocida pero fue una experiencia inolvidable, la verdad. Yo la había trabajado muy metódicamente, tal y como ponía en la partitura, y él me dio una visión de la obra inspiradora y con mucha más fantasía.

Si tuvieras que hacer la descripción del alumnado que te gustaría encontrarte en tu clase y con el que te gustaría trabajar ¿qué dirías que es lo más importante que debe tener?

Para mí lo más importante en un alumno es que tenga ganas de trabajar, que sea disciplinado y responsable, que tenga una buena actitud ante las cosas que vamos a tratar de mejorar en clase y sobre todo que le apasione la música y la flauta. En los años del superior es muy importante ser entusiasta de la flauta y escuchar muchísima música, porque eso es lo que hace ver que alguien es talentoso y le gusta lo que hace.
Resumo: disciplina, buena actitud y talento y amor por la música.

¿Has tenido algún problema técnico o musical a lo largo de tu carrera que te haya tocado trabajar con especial atención? ¿Podrías contarnos qué y cómo lo solucionaste?

Uno de mis puntos débiles, que además todos los alumnos lo saben porque precisamente por eso trato de trabajarlo mucho con ellos también, son los trinos. A mí los trinos siempre me han costado mucho y sentía como que se me quedaban parados.

Encontré la manera de trabajarlos con un ejercicio muy breve que me ayuda muchísimo y lo hago absolutamente todos los días de mi estudio diario. Este es un ejercicio en el cual mido la velocidad de los trinos y de su resolución. Eso me ayuda a trabajar dedo por dedo y trino por trino, para que no se me oxiden y puedan estar a la altura del resto de la técnica.

Al alumnado que desea acceder al centro en el que das clase, cómo le resumirías la formación que va a recibir en clase de flauta. ¿Qué tipo de repertorio e instrumentos va a tener que trabajar y con qué formaciones?

Entrada al Conservatorio Superior de Música de Córdoba

Para el alumnado que desee venir a Córdoba, tenemos una formación que considero bastante completa.

¿Qué cambiarías del mundo de la flauta si pudieras?

Creo que es un mundo que se ha vuelto demasiado competitivo al haber tantísimos flautistas. Por eso desde mi punto de vista es muy importante fomentar un buen ambiente dentro de la clase de flauta. Yo por ejemplo, con mis alumnos siempre organizo clases colectivas, de manera que unos y otros comentan cómo tocan sus compañeros, siempre de manera positiva, para reforzar y motivar todos los puntos positivos de cada alumno. Eso para mí es muy importante, que solamente compitan cuando estén en una prueba o porque la situación lo requiera pero que el mundo de la flauta no sea una competición permanente

– 3 libros fundamentales:

Me reafirmo en los anteriores: el de Taffanel y Gaubert; De la Sonorité, de Marcel Moyse y el de Reichert.

– Una idea que te ayuda a seguir estudiando y aprendiendo:

Pensar que para mí la flauta es mi pasión y cuando no puedo tocar por algún motivo no me siento completa del todo. La flauta me hace feliz.

– 3 personajes flautísticos inolvidables

Jacques Zoon, Emmanuel Pahud por supuesto y William Bennett.

– Una de tus primeras compras musicales:

A parte de la flauta, el libro De la sonorité que lo tengo forrado, con el precio en pesetas y la fecha.

– 3 partituras fetiche:

Sonata en Mi Mayor de J.S. Bach, Concierto en Sol Mayor de Mozart y Sonata de Liebermann.

– Una experiencia musical que te dejó huella y marcó tu camino:

Una de las experiencias más importantes para mí fue la primera vez que fui al curso de verano de William Bennett. Yo estudiaba en La Haya con Emily Beynon y la verdad es que era un sitio donde había bastante presión y mucho nivel y el hecho de ir a un curso de verano y conocer gente de tantísimos países, y a una persona como Wibb, me hizo cambiar un poco de actitud ante las situaciones de presión y poder disfrutar un poco más de la flauta y de la música. Es una persona muy exigente y muy meticulosa pero al mismo tiempo te hace disfrutar de la vida y de lo que rodea al mundo de la flauta.
Posteriormente cuando me fui a estudiar con él a Londres, cuando nos daba clase nos invitaba a todos a su casa. Nos quedábamos a cenar y eso hacía mucha piña entre todo su alumnado consiguiendo lo que hablábamos antes, que la competitividad no fuera tan fuerte.

Otra experiencia fundamental fue cuando entré en la Joven Orquesta de la Sinfónica de Galicia. Ha sido la primera orquesta joven en la que estuve y gracias a lo bien que me lo pasaba allí y el trabajo tan minucioso que hacía el profesorado y el director James Ross, quise dedicarme a la música.

– Algo que agradecer:

Tuve una conversación muy interesante hace unos años cuando vino Paul Edmund-Davies a dar un curso a Córdoba. Dijo que todo flautista o todo músico tiene como tres personas a las que agradecer mucho. En este caso yo quisiera añadir una cuarta. Quiero agradecer todo lo que me han aportado para llegar tocar y a ser la flautista que soy.
Estas personas son Claudia Walker, flauta solista de la Orquesta Sinfónica de Galicia; Magdalena Martínez, flauta solista del Palau de les Arts; Emily Beynon, flauta solista de la Royal Concertgebouw Orchestra; y William Bennett, que es el último profesor con el que yo estudié en la Royal Academy of Music, solista internacional y para mí una persona que ha sido imprescindible en mi formación. Ah, y también a Pat Morris. Si no fuera por ella yo no tocaría el piccolo a diario. Su energía y positivismo son una gran motivación.

Estos son los agradecimientos profesionales, pero por supuesto tengo que agradecer el apoyo incondicional de mi familia para poder llevar a cabo mi carrera.

Y te transmito la pregunta del anterior entrevistado, Javier Castiblanque, que te la ha hecho sin saber a quién se la hacía:
¿Por qué elegiste este instrumento y por qué te dedicas a la docencia?

Elegí la flauta un poco por casualidad. En mi casa había un piano y a mis padres les hacía ilusión que escogiese ese instrumento porque mi madre lo tocaba un poquito. Sin embargo, me decanté por la flauta travesera porque me gustaba mucho su sonido y al igual que a muchos niños, me atrajo eso de que se toque de lado y brille tanto. Si volviera a elegir no sé cuál escogería, pues siento el instrumento como un vehículo para hacer música.

Acerca de por qué me dedico a la docencia, te diré que cuando estaba tocando en la Orquesta de Málaga yo no tenía un puesto fijo y me planteé hacer las oposiciones. Afortunadamente las aprobé y cuando empecé a dar clase fue algo que me encantó. Transmitir los conocimientos a los niños es una experiencia que me gustó desde el principio y me supuso el descubrimiento de una vocación un poco diferente a la que había pensado con anterioridad (que hubiera sido dedicarme por completo a ser intérprete), aunque nunca he dejado de tocar con diferentes orquestas y de hacer proyectos de música de cámara.   


Nace en Ourense donde comienza sus estudios de flauta a la edad de ocho años, y realiza el Grado Medio finalizando con Premio Extraordinario a la vez que estudia con Claudia Walker, solista de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Posteriormente obtiene el Título Superior en el Conservatorio de Santiago de Compostela, y seguidamente estudia en Barcelona con Magdalena Martínez, solista de la Orquesta del Palau de Les Arts, Valencia. En 1999 consigue una beca de la Fundación Pedro Barrie de la Maza para continuar esos estudios en La Haya, con Emily Beynon, solista de la Royal Concertgebouw Orchestra y en 2005 se traslada a Londres donde realiza un Master en la Royal Academy of Music bajo la dirección del maestro William Bennett, solista internacional.

Ha tomado parte en numerosas masterclases con algunos de los flautistas más reconocidos entre los que se incluyen Maxence Larrieu, Patrick Gallois, Pat Morris, William Bennett, Felix Renggli, Gareth Davies y Vicent Prats.

Ha sido finalista del Concurso de Jóvenes Intérpretes de Juventudes Musicales de España y obtuvo el segundo premio en el J.J. Brough Award de la Royal Academy of Music. Con el Quinteto Ethos ha ganado el primer premio en el XX Concurso de Música de Cámara Mirabent i Magrans de Sitges y en el XV Cértamen de Jóvenes Intérpretes Pedro Bote y ha participado en el Festival Joaquín Turina de Sevilla, Festival Internacional de Segovia y Ciclo del Liceo de Salamanca.

A lo largo de su trayectoria ha tocado con orquestas jóvenes tales como la Joven de Galicia (OEPO), Jóven de Cataluña (JONC) y la Joven de España (JONDE) y ha sido miembro reserva de la EUYO y la Gustav Mahler Jugendorchester.

Ha sido flauta solista de la Orquesta Filarmónica de Málaga desde Septiembre de 2005 hasta Marzo del 2007 y colabora con orquestas como la Orquesta Sinfónica de Galicia, Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Filarmonía de Galicia, Orquesta de Córdoba, Orquesta de Gibraltar y Filarmónica de Málaga.
Como solista, ha actuado con la Orquesta Sinfónica de Galicia interpretando el Concierto de C. Reinecke, con la Orquesta de Cámara de la Universidad de Málaga y la Orquesta del Conservatorio Superior de Santiago.

Ha impartido clases magistrales en el Conservatorio Superior de Málaga, Conservatorios Profesionales de Cádiz, Córdoba, Lugo, Ferrol, Granada, Jaén, Lucena, y Algeciras entre otros, así como en el Curso Internacional de Mollina y en el Curso Flauta Mágica de Málaga.

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