Hace cinco años, comencé a esbozar un cuento para que los alumnos de flauta más pequeños aprendieran algunas cosas de técnica relativamente complicadas, sin que se enteraran de la complejidad que entrañaban esos pasajes.
En Isla Cristina nació el cuento del «flautista de Hamelín» (un poco diferente al actual) y se consolidó como repertorio final de curso de los alumnos de 1º de EEBB en el CPM «Manuel Carra» de Málaga (con esas maravillosas ratitas que triunfaron traspasando fronteras…)