BATUTERO o cómo aprovechar las partituras desparejadas (u odiadas) del curso pasado
Mariana Fernández Astaburuaga
Con la fama que me he granjeado de rompe batutas (contra el atril, entre libros, sentándome…) necesitaba buscar un sistema para que me fuera más difícil destrozarlas. De momento, bonito es 🙂
Espero que os sea útil también a vosotros.
Receta para hacer un buen Batutero(recipiente para guardar las batutas) en un pispás o para forrar cualquier cosa con «salero partituril».
INGREDIENTES:
– un poquito de cola blanca (a ojo de buen cubero)
– agua (a ojo de buen cubero)
– témperas o similar (en este caso he llegado a usar una mezcla de témpera verde y rosa con un «pintalabios» marroquí de un rojo muy intenso). A gusto del consumidor.
– pincel
– un tubo de cartón abierto por los dos laterales o por uno solo.
– partituras «viejas», incompletas u odiadas (vale técnica incluida 😉
– dos tapas ( o una sola si el tubo está cerrado por un lateral).
y el más importante… ¡Dejad volar vuestra imaginación!
P.D: Quien dice batutero dice baquetero, funda de la flauta, caja de cañas, carpeta de partichelas, etc.
RECETA: Primer paso – FORRAMOS
Buscad algún papel que os guste. Si reutilizáis alguno ya usado… ¡punto extra! En este caso hemos aprovechado unos trozos de manuscritos y partituras desparejadas e incompletas del archivo para decorar el PortaBatutas.
La idea consiste en empapar tiras de esas partituras en una mezcla de cola blanca y agua (para los que no tengan buen ojo, con mitad y mitad puede bastar). Cuando estén remojaditas, las vamos poniendo sobre el cartón cubriéndolo por completo y teniendo cuidado de que nos se nos formen pliegues o se rompan. (Aquí es donde tenéis que dejar volar la imaginación…)
Segundo paso – TEÑIMOS
Una vez cubierto todo, vamos a darle un «baño de color». La idea es envejecerlo un poco y teñirlo del tono que más os guste. Hemos usado témpera diluida con un pincel, pero podría valer acuarela, tinta… Como está muy diluido, que no os de miedo echar mucha cantidad. Truco del almendruco: para que quede muy uniforme y sin marcas, poned la superficie en vertical e id pintando de arriba a abajo sin dejar que se seque. El exceso de agua y pintura os ayudará al ir cayendo por su propio peso (sin llegar a escurrir).
Tercer paso – BARNIZAMOS
Por último, para protegerlo de arañazos, de posibles salpicaduras o de humedad lo barnizaremos. En este caso en plan barato y sencillo, con más cola blanca diluida (se podría hacer con barniz para manualidades o alquil).
La mezcla de cola y agua se hace ahora con un poco más (bastante) pegamento. El sistema es el mismo que para teñirlo: cogemos un pincel y lo «bañamos» de arriba a abajo abundantemente. Hay que dejar secar y dar varias manos, poniendo atención a que no se formen grumos o gotas de cola. Si esto ocurriese, antes de secar podemos volver a diluir la zona sin miedo.
Para disfrutarlo ponemos las tapas, metemos las batutas… ¡Y ya está listo!