Entrevistando a… Roberto Casado – CSM de Málaga

Se acercan las pruebas de acceso a los centros de enseñanza superior de música y algunos de los aspirantes quieren conocer a sus futuros profes (amén de la actividad musical en cursos y las puertas abiertas de cada centro). Con la idea de acercar un poco la visión musical de cada un@, la manera de trabajar de los distintos centros y algún que otro detalle que permita perfilar más a la persona que hay detrás de la flauta, nace esta breve serie de entrevistas.
En esta ocasión entrevistamos al Catedrático de Flauta Travesera del Conservatorio Superior de Música de Málaga, Roberto Casado Aguado.

¿Cómo sería tu día perfecto de estudio?¿Qué cosas son imprescindibles en tu rutina y qué libros son los que te equilibran mentalmente y te colocan flautísticamente?

Si tuviera todo el tiempo del mundo, para mí es importante empezar calentando con ejercicios de sonido: ejercicios de notas largas, ejercicios de Bernold, de Reichert… Siempre lento. Necesito calentar bastante para luego meterme con cosas de mecanismo. Y “San Taffanel” es el libro fundamental que utilizo para todo. Una vez que sientes que has calentado bien ya empiezas a tocar un poco lo que quieras, o bien estudios, o bien obras, o lo que tengas que preparar, sea para tu clase, para tu concierto, para tu examen o para tu concurso.

E incluso un día que estés «de bajón» ¿ese es el esquema que sigues?

Sí. Yo siempre sigo esa rutina, siempre me ha ido bien.

¿Podrías contarnos una idea que te ayude a seguir estudiando?

Yo creo que el pensamiento de superarse a uno mismo. Es decir, no una vez que ya has obtenido una meta tienes que relajarte como si ya lo tuvieses todo. Esto es como un deporte. En el momento que lo dejas, los músculos (porque al fin y al cabo esto es muscular) se vuelven fláccidos y ya no tienes el nivel que tenías. Con lo cual tienes que seguir ejercitándolos para poder mantenerte y superarte. Por eso es importante ese reto del día a día de seguir adelante.

¿Cuál es la obra que te hace sentir bien tocando, si es que hay una?

Tantas… He tenido muchas obras fetiches, muchas. Por ejemplo, para mí una de las que era “mi obra” era el Chant de Linos. La toqué tanto, pero tanto, tanto, que llegué incluso hasta a aborrecerla de tanto como la toqué. Pero realmente me gustan obras de muchos estilos. Me gusta la música contemporánea, me gusta el barroco… es que me gusta todo. Me gusta descubrir obras nuevas y no redundar tanto en las obras típicas, buscar material nuevo (con alumnos también ¿eh?), pero entiendo que los alumnos tienen que tocar primero las obras de repertorio típicas para luego pasar a otras cosas. Me gusta buscar la complicidad con compositores nuevos para crear nuevas obras y estrenarlas incluso (con los alumnos también).

Y más obras, por ejemplo, he tocado hasta la saciedad Prokofiev, Dutilleux, Schubert…

¿Habéis tenido compositores a disposición o han sido los propios alumnos?

Un poco de todo, no es fácil. Pero siempre hay gente que está dispuesta a “dejarse engañar, como digo yo”. 

¿Tienes alguna obra, periodo histórico o estilo que te incomode más abordar?

Cuando era más joven no me gustaba el barroco. Me gustaba directamente la música del siglo XX (no la música de vanguardia o de efectos, vamos a diferenciarla). Prefería la música romántica y moderna, pero no la clásica o barroca. Pero conforme vas madurando te das cuenta de que antes de pasar por la música del siglo XX, tienes que pasar por la música antigua, porque se va construyendo todo sobre lo anterior. Entonces tienes que descubrir eso que por ejemplo a mí me costó mucho. Me parecía muy aburrida, muy monótona, muy igual, y no me gustaba, pero ahora, todo lo contrario.

Con el alumnado ¿cuándo trabajas música contemporánea? Porque creo que trabajas mucho… 

Junto a Michelle Man en Ensemble Sinkro en Freiburg

Cuando trabajaba en el Conservatorio Profesional de Pamplona no teníamos Elemental y los que entraban en él eran un poco reticentes a tocar este repertorio. El profesorado que trabajábamos allí planteamos obras obligadas (para facilitar a los repertoristas) y en 5º de grado profesional siempre había una contemporánea. De esta forma todos pasaban por este tipo de obras, y el boca a boca iba preparando a los propios alumnos, que aunque eran reacios al principio, empezaban, se divertían, y luego ¡caramba, es que les gusta!
En mi último curso allí, tuvimos un concierto con la banda de Pamplona y el alumnado del conservatorio, y mi sorpresa fue descubrir a los alumnos de flauta en el descanso «haciendo un poco el tonto», pero tocando la obra obligada del año anterior, ¡pasándoselo bien!

Si tuvieras que hacer la descripción del alumnado que te gustaría encontrarte en tu clase y con el que te gustaría trabajar ¿qué dirías que es lo más importante que deben de tener?

Ganas de aprender. Apertura de mente. No tanto constancia, pero sí dedicación. Es decir, que haya una regularidad del estudio, que no es solo tocar la flauta. El estudio es estudiar. Puedes haber tocado durante horas la flauta, y no haber estudiado nada. Prefiero media hora “estudiada” a tres horas tocadas. 
Pero lo importante es tener en cuenta que cada persona es un mundo y no puedes establecer un patrón para todas. En cada alumno tienes que diseñar cosas específicas para adaptarte a sus necesidades concretas.

¿Consideras que hay algo fundamental técnica o musicalmente que tienen que tener cuando llegan al superior, (para que puedan incidir en ello)?

Mira, como yo he tenido muchos problemas, (por mucho que la gente piense que tengo facilidad), y me ha costado mucho trabajo resolverlos, cuando llegan con dificultades como “que si se me cierra la garganta”, “que si me tiembla”… Muchas veces sé qué pasos tenemos que seguir para solucionarlos. Claro, yo no tengo una varita mágica, pero mi experiencia personal me ayuda.

¿Has tenido algún problema técnico o musical a lo largo de tu carrera que te haya tocado trabajar con especial atención? ¿Podrías contarnos qué y cómo lo solucionaste?
Yo he tenido ortodoncia, durante 4 años, nada menos. Tenía un paladar que tenía que llevar siempre, incluso tocando la flauta,  con lo cual me cambió la fisionomía de la boca, mi sonido, la articulación, la lengua, la respiración también… Luego llevé los brackets, que en mi época se llamaba aparato. Entonces, me cambió durante muchísimo tiempo todo.

He tenido problemas posturales, incluso he tenido problemas de respiración. Los únicos problemas que no he tenido quizá sean los de la postura de las manos, ahí sí que he tenido cierta facilidad. He tenido problemas de afinación, de articulación de todo tipo, de cerrar la garganta y no sé qué más problemas se pueden tener…

¿Tienes alguna predilección por algún aparato o invento musical para trabajar? ¿Te gusta trabajar con ellos?

Yo prefiero ingenios más que aparatitos. Nunca he tenido un aparato concreto o comercializado, pero he hecho a los alumnos hasta ponerse una escoba a la espalda para estar erguidos, o sujetar algo en la pared, ponerse un estuche o un libro entre el pantalón y el cinturón… Es decir, lo primero que me ha venido a la cabeza siempre para que lleven la atención y sus sensaciones al punto que he querido trabajar para ayudarles. Y eso que ahora se hacen e inventan muchas cosas que son estupendas, pero antes no existían y uno se buscaba la vida.

¿Qué esperas de tu experiencia musical malagueña? ¿Qué pretendes desarrollar en el Conservatorio Superior como plan personal o programación del instrumento?

Sala Manuel de Falla del Conservatorio Superior de Música de Málaga

No sé. Yo espero aportar mi granito de arena y mis conocimientos para ayudarles a ellos y ellas a desarrollarse lo primero como flautistas para luego, llegar a ser músicos. Que puedan madurar un poco. Que no sé lo que me voy a encontrar, igual tienen un nivel estupendo, pero por lo menos ayudarles a saber dónde están en el grado superior, como puerta a la profesionalización. Que puedan ver salidas, ver en qué nivel tienen que encontrarse para afrontar esas salidas, y todo eso en cada caso específico.

Me refería también a cosas que fueran importantes para ti respecto al repertorio, estilos, instrumentaciones, repertorio de banda u orquestal, etc.

Mira, si un alumno de grado profesional creo que no puede terminar sin haber tocado todos los estilos, para un alumno de grado superior, aún más. Y efectivamente el repertorio de banda también, además del de orquesta. Tú sabes que yo investigué sobre el repertorio de banda por mi experiencia bandística e incluso publiqué un método con varios solos y repertorio típico que no está completo (porque no me dejaron las editoriales por temas de derechos, faltan solos muy importantes, pero por desgracia no están publicados).

Y sobre el tema de flauta en sol o piccolo lo mismo. Un alumno de grado superior tiene que terminar sabiendo tocar estos instrumentos porque la vida profesional no sabes lo que te va a deparar. Quizás acabes en una orquesta, en una banda, en un conservatorio, en una escuela de música…
Entonces, tienes que saber un poco de todo y evidentemente todos los estilos. No sirve “a mí esto no me gusta”. Es un poco como digo yo, a lo operación triunfo: “me encanta, yo canto muy bien los boleros y quiero especializarme en boleros”. “Bueno, pues muy estupendo, pero antes de eso tienes que probar lo demás porque igual tu crees que te encantan los boleros y lo sabes hacer muy bien, pero igual el rock no lo ocnoces exactamente y también te alucina y eres una posible estrella y no lo sabes; o al revés”. Pues lo mismo con la flauta y los estilos, y mi propia experiencia me lo dice, a mí no me gustaba el barroco y sin embargo ahora…

Cuando yo era profesor en el Superior de Vitoria, el alumnado en esa etapa tenía muchas ideas pero estaban un poco perdidos. Es una etapa de afianzamiento y de encuentro consigo mismos. En cualquier caso quiero ser constructivo. Estoy a la expectativa para descubrir lo que me encuentro y creo que tenemos que trabajar en equipo, no solo horizontalmente entre los Superiores de la Comunidad y del resto del país, sino verticalmente, desde el Elemental, al Profesional y al Superior y viceversa ¡que todos somos gente cercana y humilde! 

La libertad de cátedra es evidente para cada uno en su aula, pero tenemos que trabajar coordinados y consensuando algunos parámetros en los dos sentidos. Es más fácil construir entre muchos que uno solo.

Cuéntanos una experiencia musical que sientas que marcara tu camino

Pueden ser incluso dos. Yo desde jovencito me gustaba la idea de viajar por todo el mundo y vi que una de las maneras era ser músico y concertista para poder viajar. Entonces, podemos decir que uní un poco ambas ideas.

Y por otro lado, yo era muy fan de Rampal cuando empecé con la música, evidentemente con la flauta era muy fan de él: escuchaba sus discos, tenía sus grabaciones, en la radio… era un poco friki de Rampal. Tuvimos la suerte de que vino a Pamplona a tocar el Concierto para flauta y orquesta de Penderecki, con la “Sinfonía Varsovia” dirigida por el propio Penderecki, pero tocaba dentro de la Sociedad Filarmónica y era para socios. Yo no era socio, no había entradas porque estaba hasta la bandera y entonces una compañera y yo nos tuvimos que hacer amigos de algunos músicos de la propia orquesta para que nos pudieran colar por detrás del Teatro Gayarre. Al final, después de muchas peripecias pudimos escuchar el concierto entre bambalinas y por los menos vimos a Rampal de esa manera.

Roberto Casado, el director Asier Zabalza y la arpista Francesca Di Nicola

¿Tienes alguna espina clavada confesable?

Bueno, pues a mí me gustaría tocar en público dos obras que todavía no he tocado. Una orquestal, que sería La Consagración de la Primavera de Stravinski, la verdad es que tengo esa espina clavada y me gustaría hacerlo antes de finalizar mi carrera o antes de morirme. Y la otra, el Concierto Pastoral de Rodrigo. He tocado casi todos los grandes conciertos típicos para flauta con orquesta pero este no lo he tocado nunca. Es más, lo he estudiado a medias, pero nunca en serio y sí que me gustaría tocarlo aunque sea una vez en mi vida.

¿Recuerdas tu primera compra musical?

Pues fue justamente un disco de traverso, de Stephen Preston, tocando los conciertos de Vivaldi.

¿Puedes confesar alguna experiencia «friki»?

A ver, yo soy muy friki, la verdad. Por ejemplo, me toca muchas veces tocar conciertos o recitales en iglesias, en las cuales hace un frío espantoso. Entonces, me suelo poner muchas veces en el sótano de mi casa sin calefacción en pleno invierno que hace un frío que pela cuando estudio. Así estoy en las mismas condiciones que cuando toco. Porque claro, no me sirve de mucho estudiar con unas condiciones óptimas de temperatura y humedad y luego a la hora de la verdad que el concierto sea otro mundo. Con lo cual, no estarías preparado para ello, porque tocas con los dedos helados, no te van, te cuesta hacer los trinos… Entonces lo mejor es estudiar ya en esas condiciones. Y esa es un poco una frikada mía.

¿Qué te gustaría agradecer?

Pues en primer lugar a mi profesora, Begoña Aguirre, la primera mujer flautista española de la cual tenemos constancia. Porque me inició en el mundo de la flauta, me dio todo lo que sabía, me animó a continuar, a escuchar todos los conciertos posibles, a que me escucharan otros profesores e incluso que me dieran clases particulares y seguir sus consejos. Y así con el resto de profesores que he tenido y con los cursillos que he hecho.

Luego, la confianza que me han dado algunas instituciones de cara a contratarme para conciertos, etc., pero bueno, en general a todo el mundo que ha confiado en mí como flautista y como persona, así que a mucha gente. ¡Y a la vida en sí!

Y finalmente, sugiéreme una pregunta abierta para la próxima persona que participe en estas entrevistas o para quienes lean este blog

¿Por qué crees que debemos seguir fomentando la flauta, alentando a los alumnos para que sean los mejores profesionales cuando sean nuestros sucesores en el futuro? En definitiva, ¿por qué seguir adelante con el mundo de la flauta?


  • Si queréis conocer más en profundidad su actividad pedagógica y musical aquí tenéis un breve currículum de su trayectoria profesional. Si queréis información más detallada de su biografía os dejo el enlace a su página web.

Estudia flauta con Begoña Aguirre en el «Conservatorio Superior de Música Pablo Sarasate» de Pamplona, donde termina la carrera de Flauta con el Primer Premio de Honor y el Título Superior de Música de Cámara con Matrícula de Honor. Posteriormente prosigue sus estudios en la «Escuela Nacional de Música» de Las Landas (Francia) con Hervé Hotier y en la «Escuela Nacional de Música Emile Clerisse» de Evreux (Francia) con Georges Alirol, donde consigue sendas Medallas de Oro por unanimidad.

Entre sus premios más importantes caben destacar: 1º Premio por unanimidad del «Concurso Nacional de Flauta Manuel Garijo»(1993), 1º Premio por unanimidad del «Concurso Internacional de Flauta Buffet-Crampon» (1996), 1º Premio de Flauta por unanimidad del «Concorso Internazionale di Esecuzione Strumentale Rovere d’Oro» de Italia (1998), Diploma de Honor al 1º Flautista Clasificado del «Torneo Internazionale di Musica (T.I.M.)» de Italia (1998 y 1999), 1º Premio por unanimidad con felicitaciones del «Concours National du Jeune Flutiste» de Francia (1999), 1º Premio por unanimidad del “Concurso de Música de Cámara de la UPNA” (2000), 1º Premio por unanimidad del “Certamen d’intèrprets de flauta Ciutat de Benicarló” (2000), 1º Premio del “Grand Prix de Flûte Gaston Crunelle” de París (2001) entre otros.

Sección de flautas de la Banda Municipal de Pamplona con Nekane Solana y Eduardo Ojer

Ha dado numerosos conciertos como solista con orquestas como Sinfónica de Navarra Pablo Sarasate, Ciudad de Málaga, Swinging Strings de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, Sinfonietta Académica, Amalur, Orquesta de Cámara Paulino Otamendi, Ensemble Sinkro, Banda de Música La Pamplonesa, etc.

Ha grabado para CRS Musical, TVE, RNE, Canal Sur, Tele5, Catalunya Radio, Arts Records, Espacio Sinkro Records, Arion, Radio Nacional de Eslovenia, Canal 6 y Canal 4 Navarra. 

Es flauta solista de la Banda de Música La Pamplonesa y de Ensemble Sinkro.

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